5/6/07

Mil millones de personas están amenazadas por el deshielo


Naciones Unidas dice que el fenómeno contribuirá al calentamiento global.

Miles de millones en todo el mundo sufrirán las consecuencias del retroceso de los glaciares, el derretimiento de las nieves eternas y el deshielo de los casquetes polares, como consecuencia del cambio climático. El informe, presentado ayer en Tromsoe (Noruega) por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), por conmemorarse hoy el Día Mundial del Medio Ambiente, advierte que el deshielo, a su vez, contribuirá al calentamiento global.

El documento Perspectivas mundiales para los glaciares y la nieve, elaborado por más de 70 expertos, refuerza y en ciertos casos amplía las conclusiones del panel intergubernamental sobre la evolución del clima, el que dio a conocer su cuarta evaluación entre febrero y mayo.

Una de las cuestiones más preocupantes es el futuro de las barreras de hielo de la Antártida y de Groenlandia, que contienen del 98% al 99% de las masas de hielo de agua dulce del planeta. El derretimiento de sólo el 20% en Groenlandia y del 5% en la Antártida haría aumentar de 4 a 5 metros el nivel del mar.

Unas mil millones de personas dependen de las aguas de deshielo en las zonas montañosas para las necesidades domésticas, agrícolas e industriales. La nieve también es importante para los deportes de invierno y la ganadería. Pero desde los ''60, la cobertura nívea en el hemisferio norte registra una reducción del 1,3% por década. Renos como el caribú y osos polares están amenazados, pues la nieve derretida que vuelve a congelarse forma una capa de hielo coriácea que impide a los animales alimentarse con líquenes.

Los suelos congelados, al derretirse, provocan hundimientos y sueltan grandes cantidades de gases de efecto invernadero que, por lo tanto, aceleran el calentamiento global. En Siberia han dado origen a lagos, y liberado burbujas de metano de 43.000 años.

El estado del hielo marino impacta en las corrientes oceánicas, en la cadena alimentaria y la vida de los 4 millones de habitantes del Ártico. Desde hace un cuarto de siglo su extensión en el norte ha disminuido 2,5% cada 10 años en marzo y un 9% en septiembre.

Los hielos de agua dulce —ríos y lagos—, sufren un congelamiento tardío y un deshielo precoz —de 10 a 15 días cada uno— debido al aumento de las temperaturas en otoño y primavera. Esto representa una importante amenaza a las poblaciones autóctonas, que los utilizan como corredores de transporte, de caza y de pesca.

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